Austerlitz
Sin lugar a dudas, la batalla favorita de Napoleón fue Austerlitz, a la que el mismo calificaba como: “Una lección del arte de la guerra”. De esta guerra solo voy a explicar los pasos previos, que tienen tanto interés como la batalla en sí y que demuestran el enorme genio militar que poseía Napoleón.
Hacia 1805 Napoleón había establecido su cuartel general en una casa de Boulogne, donde esperaba noticias de su ataque a Inglaterra. Alrededor de las cuatro de la mañana, llegó la noticia de que Francia había perdido la batalla marítima. Furioso, el emperador llamó a su secretario y sin consultar notas ni mapas, le dictó cada detalle de la marcha hacia la batalla, los horarios, las fechas y las unidades. Inmediatamente reunió a su ejército y comenzaron la marcha hacia el corazón de Europa. A medida que las tropas avanzaban, las victorias se sucedían una a una, de diez enfrentamientos Napoleón perdió solo uno en Italia, a lo que contestó: “No puedo estar en todas partes”.
El 13 de Noviembre de 1805 Napoleón entro en Viena sin encontrar resistencia, y desde allí desplegó sus cuerpos. Sin embargo, todavía había que cruzar el Danubio, que solo podía ser atravesado por un puente arduamente defendido por los Vieneses. Napoleón quería el puente intacto, por lo que dos de sus mejores mariscales se ofrecieron para capturar el puente. Vistieron sus uniformes más magníficos y se acercaron al trote hacia el puente. Allí los esperaba el príncipe Ausberg, un anciano indeciso. Al preguntarle este que los traía por allí, Murat y Lannes contestaron que se había pactado un armisticio, que el puente debía ser entregado. Así, los tres se embarcaron en una discusión mientras un grupo de granaderos se acercaba sigilosamente. Al ser vistos, se les ordenó paso redoblado, y en pocos minutos se apoderaron del puente. Esta fue una hazaña brillante y audaz, y constituye una de las mejores historias del imperio
Napoleónico.
El 21 de Noviembre Napoleón reconoció la meseta de Pratzen, y luego de recorrerla cuidadosamente, captando cada detalle de la misma paró su caballo y exclamó: “Caballeros, examinad cuidadosamente este terreno. Será el campo de batalla donde tendréis un papel que desempeñar”. Luego el emperador replegó sus tropas, entregando la meseta. Ese día Napoleón durmió temprano, pero antes de medianoche fue despertado con la noticia de que se había desarrollado un fuerte ataque enemigo, pero este había sido rechazado. Sin embargo, Napoleón montó su caballo y cabalgó hasta donde estaba su ejército para controlar la situación. Fue allí el momento en que Napoleón estuvo mas cerca de morir, un grupo de cosacos advirtieron su presencia y lo atacaron, pero su escolta contuvo sus ataques mientras este huía. Durante su escape un solado se acercó con una tea de taja para iluminarle el camino, y a la luz de la llama pareció una visión. Sacando provecho de esto, el general fue de hoguera en hoguera dándole ánimo a sus hombres, agradeciéndoles por su lealtad y asegurándoles la victoria.
El 2 de Diciembre comenzó la guerra, que finalizó con doce mil pérdidas del imperio Ruso- Austríaco contra seis mil de Napoleón, y con la toma de treinta mil prisioneros y 186 cañones por parte del ejército Francés. La leyenda afirma que cuando William Pitt, primer ministro de Inglaterra, se enteró de lo ocurrido hizo enrollar el mapa de Europa que tenía colgado en la pared para no verlo. Es que con esta batalla Napoleón controlaba Europa, y nada parecía capaz de detenerlo.
Hacia 1805 Napoleón había establecido su cuartel general en una casa de Boulogne, donde esperaba noticias de su ataque a Inglaterra. Alrededor de las cuatro de la mañana, llegó la noticia de que Francia había perdido la batalla marítima. Furioso, el emperador llamó a su secretario y sin consultar notas ni mapas, le dictó cada detalle de la marcha hacia la batalla, los horarios, las fechas y las unidades. Inmediatamente reunió a su ejército y comenzaron la marcha hacia el corazón de Europa. A medida que las tropas avanzaban, las victorias se sucedían una a una, de diez enfrentamientos Napoleón perdió solo uno en Italia, a lo que contestó: “No puedo estar en todas partes”.
El 13 de Noviembre de 1805 Napoleón entro en Viena sin encontrar resistencia, y desde allí desplegó sus cuerpos. Sin embargo, todavía había que cruzar el Danubio, que solo podía ser atravesado por un puente arduamente defendido por los Vieneses. Napoleón quería el puente intacto, por lo que dos de sus mejores mariscales se ofrecieron para capturar el puente. Vistieron sus uniformes más magníficos y se acercaron al trote hacia el puente. Allí los esperaba el príncipe Ausberg, un anciano indeciso. Al preguntarle este que los traía por allí, Murat y Lannes contestaron que se había pactado un armisticio, que el puente debía ser entregado. Así, los tres se embarcaron en una discusión mientras un grupo de granaderos se acercaba sigilosamente. Al ser vistos, se les ordenó paso redoblado, y en pocos minutos se apoderaron del puente. Esta fue una hazaña brillante y audaz, y constituye una de las mejores historias del imperio
Napoleónico.
El 21 de Noviembre Napoleón reconoció la meseta de Pratzen, y luego de recorrerla cuidadosamente, captando cada detalle de la misma paró su caballo y exclamó: “Caballeros, examinad cuidadosamente este terreno. Será el campo de batalla donde tendréis un papel que desempeñar”. Luego el emperador replegó sus tropas, entregando la meseta. Ese día Napoleón durmió temprano, pero antes de medianoche fue despertado con la noticia de que se había desarrollado un fuerte ataque enemigo, pero este había sido rechazado. Sin embargo, Napoleón montó su caballo y cabalgó hasta donde estaba su ejército para controlar la situación. Fue allí el momento en que Napoleón estuvo mas cerca de morir, un grupo de cosacos advirtieron su presencia y lo atacaron, pero su escolta contuvo sus ataques mientras este huía. Durante su escape un solado se acercó con una tea de taja para iluminarle el camino, y a la luz de la llama pareció una visión. Sacando provecho de esto, el general fue de hoguera en hoguera dándole ánimo a sus hombres, agradeciéndoles por su lealtad y asegurándoles la victoria.
El 2 de Diciembre comenzó la guerra, que finalizó con doce mil pérdidas del imperio Ruso- Austríaco contra seis mil de Napoleón, y con la toma de treinta mil prisioneros y 186 cañones por parte del ejército Francés. La leyenda afirma que cuando William Pitt, primer ministro de Inglaterra, se enteró de lo ocurrido hizo enrollar el mapa de Europa que tenía colgado en la pared para no verlo. Es que con esta batalla Napoleón controlaba Europa, y nada parecía capaz de detenerlo.
1 Comments:
es una grata sorpresa encontrar adolescentes pensantes y que además uno los haya visto crecer, formarse, hacerse ninos hombres. felicitaciones por el blog y por tus reflexiones!
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