miércoles, noviembre 01, 2006

Elipsis


“Elipsis” es, quizá, la producción venezolana cinematográfica más importante de los últimos tiempos. El año pasado se estrenó en todo el país “Secuestro Express”, una interesantísima película que retrata la realidad nacional y a la que yo llamé “una llamada al nuevo cine venezolano”. Desde ese entonces, películas como “El Don” y más recientemente “Miranda” coparon las salas.

Con “Elipsis” igualmente se nota una diferencia. Hay algo en el trailer que muestra aires de superioridad; se nota un alto nivel de calidad. Entrando en detalles, el director y guionista Eduardo Arias-Nath ha juntado a los mejores representantes del país en lo que a cámaras se refiere. Con un equipo de producción que incluye a reconocidos directores de arte, cinematógrafos y diseñadores, Arias-Nath llega a la pantalla grande elevando el nivel de producción al que Venezuela está acostumbrado.

No sólo eso, sino que su impredecible guión y su desordenada línea del tiempo y trama es de lo más original que he visto en el país en mucho tiempo. Con un estilo definido, la historia nos pasea por la vida de diferentes personajes principales que giran todos alrededor de una misma situación sin que nos demos cuenta del todo.

Revelar pequeñas partes de lo que ocurre sería un error, porque “Elipsis” es una película que sorprende desde varios niveles (sobre todo en la peculiar edición en la que también trabajo el director); y hay que verla para descubrirlo. Con sólo decir que Gaby Espino (hermosa modelo venezolana) sorprende actuando, se darán cuenta de que estoy hablando.

El trabajo de cámaras es impecable; las tomas permiten observar no sólo lo que está pasando, sino en muchas partes el trasfondo del elemento principal, como una puerta que se abre y se cierra y es un agregado para un momento de tensión en la película. Siempre hay algo más que ver alrededor de lo primordial; incluso en cuadros en donde la cámara filma desde arriba, generando un efecto que llega a marear al espectador. La imagen también resalta por ser muy nítida, a diferencia de las cámaras de películas como la previamente mencionada “Secuestro Express”.

Pero lo que más resalta sin duda alguna es el elenco. Compuesto por talento nacional e inclusive internacional (el brasileño Seu Jorge es una revelación como un narcotraficante), el grupo de actores es del más alto calibre. Actores de cine como Erich Wildpret nos dejan boquiabiertos; mientras que estrellas televisivas como Marisa Román dejan de lado el porte de la novela para dar otro toque a sus personajes. Los cameos son incontables pero reconocibles; no hay una persona desconocida en cámara. En las fiestas de la película, se pueden ver celebridades por todas partes; hasta una corta aparición del conocido actor Jean Paul Leroux (“Secuestro Express”).

Sin embargo, es el actor ya internacional el que se roba el show. Se llama Edgar Ramírez, es venezolano y su poder de convicción y capacidad para transmitir emociones son dos razones suficientes para ver la película si nada más llega a parecer interesante. Siento ganas de dar detalles de su interpretación, pero mejor me quedo callado.

Juan Pablo Schapira